Olfateándome los restos

Y sigo oliendo a perra
debajo de tus mordiscos
donde tus marcas
me amoratan el cuerpo.
Y me hacen tuya por más tiempo.

Sin esperar nada más de mí

Cada noche a la misma hora
me niego la posibilidad de ser madre.

Son solo unos billetes para mí

Quiero saberte mía
unos instantes solo
para regalarte mi destino
en camas ajenas
donde la limpieza y tu nombre
sean lo más insignificante
que haya conocido.

A veces, no entiendo el silencio

cuando hay música de fondo.
A veces, me distraigo en la letra
y olvido el camino.