Llevaba tiempo sabiéndolo,
incluso creo haberlo comentado
en alguna ocasión.
No sé si el tiempo, mi razón o el destino
-si es que eso importa-
pero algo me ha hecho llegar a creérmelo.
Es cierto que han tardado en pronunciarse,
o yo en darme cuenta de ello, qué más da.
El caso, es que desde hace días
me despierto de manera diferente
y me levanto de la cama por el otro lado
para, al final, acabar frente al espejo
-eso sí sigue siendo igual-.
Y me observo unos instantes
con una expresión desconocida.
No sé, hay algo que ha cambiado
y que me gusta, quizás demasiado.