2012 (y par)

Llevaba tiempo sabiéndolo,
incluso creo haberlo comentado
en alguna ocasión.

No sé si el tiempo, mi razón o el destino
 -si es que eso importa-
pero algo me ha hecho llegar a creérmelo.
Es cierto que han tardado en pronunciarse,
o yo en darme cuenta de ello, qué más da.
El caso, es que desde hace días
me despierto de manera diferente
y me levanto de la cama por el otro lado
para, al final, acabar frente al espejo
-eso sí sigue siendo igual-.
Y me observo unos instantes
con una expresión desconocida.

No sé, hay algo que ha cambiado
y que me gusta, quizás demasiado.

Felicidades

Soy lo que me han hecho ser.
Y me moldeo, poco a poco, día a día, 
para lo que pueda llegar a conseguir.

Me han enseñado a callar
a preguntar lo justo y necesario
a observar y sacar mis conclusiones.

Soy lo que me has enseñado.
Y sí, yo sí estoy orgullosa de mí.
He sabido proyectar en mis aciertos
lo imperdonable de tus errores.


Castillos de cartón

Hoy me he vuelto a acordar de ti
al cruzar la calle.
Siguen teniendo el perro de piedra
que adornaba la fachada.
Siguen manteniendo el color
y los toldos de la terraza.
Todo parece estar igual y en calma.
Sin embrago, cuando paso por ahí,
ya sólo encuentro el vacío de lo que fue.


Dalo por hecho

No voy a estarme quieta ni callada.

Vamos a poner las cartas boca arriba
a darle el nombre correcto a todo.
A las esperas largas e impacientes,
a las miradas ausentes, a los silencios,
a las palabras mal dichas
y a esto que ocurre mientras pasa el tiempo.
Vamos a cerrar el círculo y a terminar el partido
improrrogable ya.

Esta vez me quedaré satisfecha, dalo por hecho.