No voy a estarme quieta ni callada.
Vamos a poner las cartas boca arriba
a darle el nombre correcto a todo.
A las esperas largas e impacientes,
a las miradas ausentes, a los silencios,
a las palabras mal dichas
y a esto que ocurre mientras pasa el tiempo.
Vamos a cerrar el círculo y a terminar el partido
improrrogable ya.
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