El vecino de enfrente debe estar de vacaciones,
los de abajo cenan algo que huele a carne,
la gata observa la oscuridad desde la ventana…
Aquí dentro todo sigue igual.
Algo más de polvo en las estanterías,
ropa sucia de hace meses,
plantas sedientas que no aguantaron
y murieron esperando que volviera.
Ahora que estoy aquí
nada me identifica ya con lo que dejé.
Tan solo las ganas de marchar.
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