Tres veces y media

En veintinueve años
se ha enamorado tres veces y media.
Hasta ahora siempre de hombres,
muy diferentes,
vertiginosamente distintos,
sólo coincidían en cuidarla
hasta que dejaron de hacerlo
o dejó de gustarle que lo hicieran.
Y con la misma rapidez e intensidad
metió los recuerdos en mochilas
y se marchó.
(Ahora los guarda en su tienda de nostalgia).

Tu final, mi comienzo

Es extrañamente curioso
como nuestros pasos
no han dejado huella
o se ha borrado ya
y llegados a este punto
sólo me queda decir adiós.
Sí, es cierto y quizá
este sea el momento
de envolverme en rosas blancas
y ascender hasta el séptimo cielo
y desde allí localizar
la salida al laberinto.
Visualizarlo, retenerlo
y comprenderlo.
Y entonces descender
poquito a poco
hasta la copa del árbol más alto
y colarme por la ventana
como si nunca me hubiera marchado.
- "Eres una mujer muy bonita..."-
- "Tú sí que eres bonito"-
Te llevo dentro de mi tiempo.

NO TE VOY A PEDIR PERMISO

espero que no te importe
pero esta noche
voy a tenerte entre mis piernas
dentro, muy adentro
en mí
para mí
sólo un rato.

MAYOR

Me he hecho grande
sin darme cuenta.
Ya no me asustan
las películas de miedo,
apenas siento dolor
cuando veo violaciones.
No existe el asco de antes
ni el pánico de los ruidos de la noche.
No tengo pudor
en pedirte que me folles
y en invitarte a irte
cuando acabes.
No puedo evitar
saberme sola
en la antesala de este día.
Fuera los lobos aúllan,
los zorros devoran gallinas
y mi gata, con orejas puntiagudas,
observa las sombras
desde la ventana.
Simplemente una noche más,
como tantas otras.

Querías un resumen de mi vida

                                                               [Tiré la caja y los cuatro botones del vestido.
                                                                 Ya no quiero ser capaz.]
sin ti.
Ayer lo tiré todo
de hecho aún hay restos de olor en la cocina,
se me hizo tarde para bajar la basura,
como tantas veces, ya lo sabes.
Pues sí, he pensado en ti,
demasiadas noches
mientras me follaba a otros,
mientras veía la tele
y anunciaban tu coche,
mientras el teléfono no sonaba.
También te he odiado
y he aprendido a quererte en la distancia,
con agua o sin ella, así,
como siempre lo hacía.
He sentido muchas cosas.
Ya sabes que huelo todo antes de
leerlo
tocarlo
comprarlo
comerlo...
y si me envuelve adelante.
Los dejé entrar hasta el salón,
la cocina,
incluso las escaleras,
pero no te preocupes que la cama es ya sólo mía.
Llevo un año viviendo sola
y sin ti como hace tantos.
Ya me he acostumbrado
a sentirme
sola
sucia
querida
avergonzada
rencorosa
abandonada
deseada
sudada
limpia
ramera
y amada.
Y ya sin ti. Yo.

GRACIAS

por hacerme sentirte
por saberme tuya,
distinta, entre otras.